El libro Los Cuatro Salmos de William Stanley Merwin son el recordatorio de que oramos a un Dios ausente, de que hablamos sin saber si alguien en el fondo del pasillo nos escucha. Eso es orar, eso es escribir. Y poco difieren ambas acciones, solo en la gracia del dolor que invade al creador en el momento en que la poesía revela tal catástrofe. En estos salmos hay mucho de ausencia, y en ella, ese centro blanco, el poeta inclina su cabeza para rezar, para rendir tributo a otras voces cuya grandeza se sacraliza en su propia obra.


El autor 
El poeta y prosista William Stanley Merwin (Nueva York, 1927 - 2019), se ha alzado con la mayoría de los premios más importantes de la poesía estadounidense, incluyendo dos veces el premio Pulitzer –en 1971 por The Carrier of Ladders y en 2009 por La sombra de Sirio
, el Bollingen Prize, el Tanning Prize, el Lannan Lifetime Achievement Award y, en 2010, fue nombrado Poeta Laureado de los Estados Unidos.
Además de ser un poeta de renombre internacional, es autor de muchas traducciones ya clásicas de obras como El poema del Mío Cid (1959), La chanson de Roland (1962), El Lazarillo de Tormes (1963), o Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1969).