El libro «No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños... no dejes de soñar pues solo en sueños puede ser libre el hombre». Así dejó escrito Walt Whitman ya que para él cada ser viviente es un milagro, un instante y una eternidad, un sí mismo, un ser todos, ser en cuerpo y alma parte viviente del Cosmos. Ser un milagro de la creación es lo que leemos en el último poemario de Luis Alberto Ambroggio, Todos somos Whitman, en donde el autor dialoga con el eco del genio, ese eco que resuena en cada cosa viva que este ve a su alrededor como si en cada cosa viera su vida, un instante, el porvenir. Soñar es hacer de la poesía una utopía, un deseo, un fragmento de la realidad.
Pilar de la cultura norteamericana del siglo XX, Whitman sigue siendo leído por quienes se buscan a sí mismos y, como pide Ambroggio, a los otros por el acto del amor, la integración de aquello que nos constituye, la luz, la oscuridad, la comprensión, un todo que brilla en lo oscuro y nos da serenidad, mirada, comprensión alzando en nosotros ese deseo de vida, de fecundar, de dejar ser a quienes viven en nosotros, desde nosotros, y con nosotros. 


El autor Residente de Washington D.C. desde 1967 pero nacido en Argentina, Luis Alberto Ambroggio (1945) es uno de los poetas más representativos de la escritura hispana en Estados Unidos. Autor de once libros de poesía publicados en Argentina, Costa Rica, España y EE.UU., entre los que se encuentran El testigo se desnuda (2002), Laberintos de humo (2005), Los tres esposos de la noche(2005), La desnudez del asombro (2009), La arqueología del viento (2011) y Homenaje al camino (2012). 
Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Mayra Zeleny escribió un volumen crítico, El cuerpo y la letra. Poética de L.A. Ambroggio (2008), en el que aborda con lucidez el conjunto de su obra.