El vaso de tiempo en el Centro Documental de Literatura Iberoamericana Carmen Balcells

El poema, el poeta y la tradición: una conversación con David Huerta


Fotografía por Laura Flores
Jue, 22/06/2017 - 10:13
El escritor visitó el Centro Balcells para hablar acerca de su más reciente libro de ensayos "El vaso de tiempo"

El miércoles 21 de junio a las 11 de la mañana el Centro Balcells recibió al poeta, ensayista y traductor David Huerta, quien acompañado del poeta Luis Vicente de Aguinaga habló acerca de su más reciente libro de ensayos titulado El vaso de tiempo. Este libro se compone de 9 ensayos que exploran la experiencia de la poesía recorriendo a algunos de los autores más representativos para la tradición literaria en lengua española, desde Góngora hasta José Gorostiza.

El autor habla desde la lectura que hace un poeta de otros poetas y pone sobre la mesa el proceso literario desde la tradición, la escritura y la lectura. David Huerta durante su presentación en el Balcells recordó las primeras palabras de El Quijote: "Desocupado lector...". "Pero el poeta no es un lector desocupado", dijo Huerta: el poeta tiene intención y atención, es completamente activo. El poeta se interesa, quiere ver cómo los otros poetas hacen las cosas, lee atentamente y desentraña los temas y las formas.

Luis Vicente de Aguinaga, que ha sido catalogado en otras ocasiones como un poeta de la tradición, se cuestiona: "Dicen que lo mío es la tradición. ¿Y de quién no?". Finalmente toda literatura surge como respuesta a los escritores del pasado y se afianza como anticipación a los escritores del porvenir. "La tradición es la belleza digna de resguardo y de continuidad", dice Huerta, reelaborando un planteamiento de Ezra Pound.

Resguardo y continuidad: dos aristas del tiempo que expanden el presente hacia atrás y hacia adelante; el trabajo del escritor no puede ser una negación de lo pasado, sino una renovación de la tradición, tal como dicta la consigna del modern movement: Make it new, como también nos recordaron los autores.

David Huerta no dejó de citar los versos de José Gorostiza que dieron origen a su título: 

Es un vaso de tiempo que nos iza
en sus azules botareles de aire
y nos pone su máscara grandiosa,
ay, tan perfecta,
que no difiere un rasgo de nosotros.
Versos 111-115 de Muerte sin fin (1939)

Para Huerta el poema es eso, un "vaso de tiempo".