La cuarta persona del plural en Sonograma




Estos 22 poetas españoles nacidos entre 1960 y 1980, destacan porque lo que escriben se parece a sí mismos. Coinciden en los temas, preocupaciones y poéticas. Experimentar o seguir la corriente, mezclar las estrategias o asumir un nuevo sentido de las posibilidades de la poesía es un impulso común a Diego Doncel y Álvaro García. Para ellos, al igual que para el resto, la poesía, más que una opción de estilo, es una opción de vida. El experimentalismo no ahoga, sin embargo, el realismo. De hecho, esta coexistencia ha tenido lugar desde el comienzo de la modernidad. Incluso puede darse en un mismo poeta. Piénsese en Jordi Doce; en Eduardo García; en Antonio Méndez Rubio.
 
Difícil encontrar un escritor más decidido a permanecer fiel a las topologías de la lengua, la cultura y la identidad que Vicente Valero. Jorge Riechmann juega con la inventiva verbal y lo fantástico, para dibujar viñetas de humor negro. La poesía de Pablo García Casado perfora con observaciones descarnadas que se acumulan en un retrato convincente de amor y pérdida. Asombra la austera belleza y la gravedad e intensidad con la que da cuenta de su visión Jesús Aguado. Eduardo Moga retrata la conciencia humana atrapada entre el impulso animal y la aspiración divina, en un mundo material que es ajeno a preocupaciones mayores.
El trabajo de Julieta Valero, de forma irónica, indaga en la extrañeza de nuestras costumbres. Juan Andrés García Román se permite satisfacer su garbo ventrílocuo. Agustín Fernández Mallo satiriza un mundo casualmente cruel, mezquinamente incestuoso, con su poética del ensimismamiento. Ada Salas se niega al exceso: el cuidado y la dedicación que le dedica a su oficio son elocuentes. La vejez y una aguda conciencia del paso del tiempo constituyen gran parte de la poesía de José Luis Rey. El humor no está atenuado en el discurso de Esperanza López Parada, con versiones que se interesan en los procesos del arte, lo que la obra esconde tanto como lo que revela.
 
Sandra Santana, a su vez, escribe sobre la percepción y su engaño. La decadencia y el renacimiento de las composiciones de José Ángel Cilleruelo es tan etérea como doméstica. La selección de María Do Cebreiro abarca mundos perdidos, historias familiares y recuerdos de infancia. Mariano Peyrou se mantiene fiel al arte de la observación. Sus poemas reflexivos se ocupan de cómo leemos y proyectamos nuestras propias preocupaciones, especialmente políticas, en el texto. Cuestionar las interpretaciones públicas como lo hacen Rikardo Arregui y Melcion Mateu es un saludable correctivo a esos académicos para quienes la sobre-interpretación es una forma de vida.
 
La poesía, en definitiva, permea todas las páginas de este libro (el título, la introducción, las notas biográficas), juega con nuestras expectativas y nuestras costumbres culturales. La cuarta persona del plural. Antología de poesía española contemporánea (1978-2015) (Vaso Roto, 2016) es una selección apta para la generación de Facebook: los poetas se convierten en esa cuarta persona, con voz e imagen propia. De la misma forma que usamos el ritmo y el patrón para dar forma a una composición, el escritor y Doctor en Literatura Española Contemporánea Vicente Luis Mora (Córdoba, España, 1970), reinventa la antología como una forma de secuenciación. En el diseño y el contenido, el libro se lee, ve y suena como un largo poema.
 
 
JOSÉ DE MARÍA ROMERO BAREA