La vida de las imagenes en Reforma

Profundiza Simic en sus memorias

El poeta de EU lanza en México La vida de las imágenes

Vaso Roto reúne prosas y ensayos del autor; 25 años de oficio constante.

Para poder publicar La vida de las imágenes, el primer volumen de prosa selecta que abarca su carrera entera como ensayista, Charles Simic tuvo que adentrarse en 25 años de escritura constante.

Al poeta estadounidense nacido en Belgrado en 1938, ganador del Pulitzer en 1990 y Poeta Laureado de Estados Unidos (2007-2008), le tocó reconciliar también, en un solo libro, ensayos que lo mismo hablan del placer de leer filosofía en la noche, de su amor por las salchichas o del genio cómico de Buster Keaton.


“Fue difícil. Tenía 200 piezas en prosa para elegir y sabía que la selección tenía que dar una idea de los muchos temas que me interesaron y, al mismo tiempo, no ser un libro tan largo”, cuenta Simic, vía cuestionario, a este diario.

Al final se decantó por el puro gusto, a sabiendas de que habría faltantes. “Seleccioné mis preferidos, sólo para escuchar de amigos y extraños, una vez que salió el libro, que echaron de menos algunos de sus propios favoritos”, reconoce.

“Una vez que supe cuáles eran, también eché de menos verlos en el libro”. En el volumen de 41 ensayos, recién editado en español por Vaso Roto, Simic reflexiona sobre sus preocupaciones más hondas, como su convicción de que la poesía no debería ser indiferente al sufrimiento humano (Poesía e historia) o sobre la representación de las ideas y las cosas en sus versos (Apuntes sobre poesía y filosofía). También sobre aspectos cotidianos que lo maravillan, como su pasión por el blues (No hay cura para el blues), o aquel texto sobre una fotografía de una verdulería francesa que lo intriga (Tienda, Le Bacarès).

La comida, la música, el arte en general y la poesía son temas bien representados en el libro. ¿Diría usted que éstos son los placeres absolutos de su vida?

Sí y no. También, como sabe, pueden ser grandes decepciones. Yo agregaría los libros a su lista. Un amigo mío me dijo una vez que esperaría verme leyendo hasta en mi ataúd, ya sea un libro de un gran filósofo o, con mayor seguridad, el menú de un restaurante.

 

Como en su trabajo poético, Simic regresa a sus vivencias tempranas en Belgrado, donde él y su familia fueron víctimas de bombardeos tanto delos nazis como de la URSS, lo que forzó su salida a Estados Unidos a los 16 años.

Con su famoso humor negro, alguna vez declaró al New York Times: “Soy algo así como un producto de la historia; Hitler y Stalin fueron mis agentes de viaje”.

Tanto en su poesía como en su prosa, ha reflexionado sobre su niñez partida entre facciones antagónicas, pero me gustaría preguntarle  cómo es diferente para usted recordar este periodo de su vida cuando lo hace en prosa y no en verso.

Primero, el asombro en el que viví a través de toda esa violencia en la Segunda Guerra Mundial. En algunos de mis poemas, hay fragmentos de estas memorias, mientras que con la prosa puedo describir en mayor detalle lo que recuerdo de esos días. Por ejemplo, recuerdo a la gente riendo en el sótano del edificio donde nos escondimos mientras las bombas caían sobre nuestras cabezas. Lo que los hizo reír fue ver a una madre abofetear a su hijo, quien se había ido a vagar por ahí mientras le decía que lo iba a matar si lo hacía de nuevo. El título La vida de las imágenes proviene de un ensayo homónimo en el que Simic reflexiona sobre la memoria a partir de las fotografías del viejo Nueva York de Berenice Abbot.

“No recuerdo cómo el título apareció en mi cabeza, pero una vez que lo hizo pareció adecuado, pues el libro está lleno de imágenes que se han quedado atoradas en mi cabeza a través de los años y que han venido a acecharme después”, explica el autor.

 En la portada del libro de Vaso Roto, un hombre atraviesa un bosque, en plena nevada, guarecido por un paraguas.


“Aunque he caminado bajo pesadas tormentas de nieve muchas veces en mi vida, nunca llevé una sombrilla. Cuando vi la portada, me dije a mí mismo que quizá llevar una podría no ser una mala idea, aunque con el tipo de vientos que nos llegan del océano es posible queuno acabe a 10 millas de casa”, bromea. Con la colección de imágenes que le rondan por la cabeza, descritas en sus ensayos, Simic nunca está del todo lejos de su hogar, de su esmerada memoria.


‘Donald Trump es un tonto ignorante’

En un ensayo para reflexionar sobre el primer año de la Presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, Charles Simic comparó al Mandatario con el Padre Ubú, el “megalomaniaco brutal y codicioso” retratado por Alfred Jarryen Ubú Rey. En el texto, Simic predice que los crímenes e injusticias de Trump no harían más que aumentar tras su primer año en el cargo.

“No hay misterio. Es un tonto ignorante y un ser humano desagradable que sólo se interesa por sí mismo”, juzga. “Desafortunadamente, como muestran las elecciones, millones de estadounidenses encontraron atractivas esas cualidades”.

No obstante, sostiene que el muro que Trump ha prometido construir en la frontera mexicana no se hará realidad.

“Sólo sus seguidores más crédulos piensan que alguna vez será construido. Trump entiende que los estadounidenses necesitan a alguien a quien odiar, así que constantemente está sacando a un nuevo culpable para responsabilizarlo de todos nuestros problemas”.